martes, 19 de octubre de 2010

Duelo entre Ian Holloway e Isaac Newton

Al final de todo, lo que es, es.
Mucho nadar para morir en la orilla.
Y no podía ser de otra manera, demasiado trabajo y esfuerzo lleva hecho el equipo de Ian Holloway, pero el duelo del pasado fin de semana contra los skyblues no era de su liga particular.
El Manchester City tiene madera como ningún año y por más que se esmeraran los Seasiders no fueron capaces de meter el gato en la talega.
Donde realmente tiene que batirse el cobre el Blackpool, aplicando toda su energía en este ejercicio es en el pequeño Bloomfield, con escuadras de su envergadura, si es que las hubiere.
Aunque marcha por buen camino, quién lo diría a estas alturas, con tres victorias (dos de ellas en St.James Park y Anfield) y un empate, diez puntos en total, justo en mitad de la tabla, el Pool es difícil, muy difícil que siga ese ritmo, la Premier es dura e inflexible, no atiende a razones.
No se debe olvidar que es un recién ascendido al universo de las estrellas, por primera vez en su historia.
Subió el pasado curso de milagro, pero legítimamente, salvando una primera eliminatoria a base de casta y sacrificio dejando en la cuneta a mi querido y otrora laureado Nottingham Forest, tras haber quedado sexto en liga regular, su mejor clasificación desde 1971.
La final de Wembley entre los Tangerines y los galeses del Cardiff fue realmente espectacular, superando por tres a dos a mi preferido en Championship, el cuál había hecho un temporadón con Michael Chopra y Whittingham de estandartes.
Los cinco goles fueron en la primera parte, Charlie Adam y Gary Taylor-Fletcher lograron igualar el marcador para poner la guinda Brett Ormerod y poder aguantar toda la segunda parte a base de sacrificio y una buena dosis de suerte. 
De los cobardes nunca se escribió nada y estamos hablando, escribiendo en este caso, del Blackpool, equipo de una ciudad de poco menos de ciento cincuenta mil habitantes.
Ian Holloway tiene en su mano moldear a un equipo con escaso potencial para mantenerse, pero valiente donde los haya.
Esperemos que sea capaz de que la Ley de la Gravedad no se cumpla y lograr hacer de Isaac Newton un auténtico pardillo.

1 comentario:

número dijo...

¿de qué juega isaac o es entrenador?