Hoy me váis a permitir que os narre lo que me está ocurriendo.
Hace varios dias escucho un susurro. Desconozco su procedencia. Tampoco me importa mucho.
Me dice al oído: "Machaco, vente a las islas..."
Una y otra vez lo percibo a mi lado.
Una Championship tan competida como esta, a falta de una decena escasa de jornadas, ocho en concreto, es muy apetecible y atractiva, con casi todo por decidir. Sólo las rayas horizontales del QPR parecen estar ya de nuevo en Premier.
Mi seguimiento de la misma es total desde hace varios años, pero casi siempre en la distancia.
He acudido en varias ocasiones a ver fútbol allí, pero en Premier League, incluso he visitado estadios en Premier, que hoy en día, sus equipos navegan por la segunda inglesa.
La verdad, que actualmente hay vuelos muy económicos a diversas ciudades británicas.
Y en la vida, todo es cuestión de organización.
He atado varios días de vacaciones en el trabajo, la familia la dejo en buenas manos y me llevo a uno de mis hijos junto a un sobrino a empaparnos de fútbol inglés durante cinco días.
"¿Papá y esta vez no veremos a equipos grandes?", me dice mi hijo de once años cuando le relato que como premio a su esfuerzo y a sus notas escolares lo llevaré a ver la Championship.
La Championship es la segunda inglesa, hijo, como la división en la que milita en España nuestro Córdoba del alma, al que vamos a ver al estadio un domingo sí y otro no, pero allí no iremos "a sufrir" como en el Arcángel, vamos a relajarnos y a disfrutar de la intensidad del fútbol inglés.
Puede ser que los partidos que veamos sean un tostón, puede ser, nadie nos garantiza nada, pero la probabilidad de ver espectáculo se multiplica.
Y así será (D.m.) del ocho al trece de abril.
Como es habitual en la segunda inglesa, debido a que la categoría está compuesta por veinticuatro equipos, hay jornadas muchos martes, aparte de los sábados.
He cerrado esta misma tarde el plan de viaje que os paso a relatar. Internet es la caña.
Vuelo al aeropuerto de Leeds-Bradford en el West Yorkshire inglés. Noche en esta mágica ciudad que tantos y tantos recuerdos futbolísticos me trae a la cabeza, Don Revie y el gran Billy Bremner sin ir más lejos.
Sábado de fútbol en el cercano Keepmoat de Doncaster a presenciar el Doncaster Rovers contra Cardiff City. Los Bluebirds, mis pájaros azules, se juegan su presencia en el playoff de ascenso y debo estar a su lado. Un equipo repleto de jugadores grandes que no deben dejar pasar la oportunidad de estar el próximo año en categoría superior. Ya el pasado estuvieron a punto de ascender y confío en que ésta será su temporada.
Michael Chopra, Peter Whittingham, Jay Bothroyd, Craig Bellamy, el nigeriano Olofinjana... artillería pesada en el equipo galés.
Lástima que todos los partidos se jueguen a la vez y no haya posibilidad de hacer doblete en la jornada del fin de semana. Pero no hay mal que por bien no venga y así podremos visitar otras ciudades importantes en el panorama futbolístico inglés, como Sheffield, Leicester, Derby, Coventry, Bristol, Cardiff...
Y una vez de vuelta al norte, parada en Nottingham para visitar el martes el Cityground y presenciar el duelo entre Nottingham Forest y el Burnley. Los Clarets descendieron el pasado ejercicio y se la están jugando para jugar playoff. Por su parte, el Forest no pasa por su mejor momento, aunque también tienen peso específico en la categoría y confío en que puedan meterse en los seis puestos de cabeza que otorgan opciones para ascender. El escocés Kris Boyd, recientemente fichado por los reds, puede sumar bastante en las esperanzas del Forest de meterse ahí arriba.
Miércoles, vuelta a Leeds y regreso a España.
Es necesario valorar el trabajo y el esfuerzo en la vida y mi hijo, esta vez, se lo ha merecido.
Yo disfrutaré con él.